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La salsa holandesa, una de las joyas de la culinaria clásica francesa, es una emulsión suave y rica que ha deleitado a los amantes de la gastronomía durante siglos. Esta exquisita salsa, es un acompañamiento perfecto para platos emblemáticos como los huevos benedictinos y los espárragos frescos.

Aunque el nombre sugiere un origen en los Países Bajos, la salsa holandesa no se origina en ese país, sino que tiene sus raíces en la evolución de las salsas madre de la cocina francesa. A mediados del siglo XIX, el chef francés Marie-Antoine Carême fue uno de los pioneros en la creación de esta deliciosa emulsión, que posteriormente se refinó y popularizó en la alta cocina francesa.

La salsa holandesa se caracteriza por su base de yemas de huevo y mantequilla clarificada, que se emulsionan a fuego lento para crear una mezcla suave y lujosa. A lo largo de los años, se han añadido toques de limón y especias sutiles para realzar su sabor único. Aunque es un elemento esencial en la cocina clásica, la técnica de preparación puede intimidar a algunos chefs caseros debido a su sensibilidad al calor y a la emulsión cuidadosa requerida.

En esta receta, te guiaremos a través de los pasos precisos para crear tu propia salsa holandesa desde cero. Desde la selección de ingredientes hasta el proceso de emulsión y sazón final, descubrirás cómo dominar esta obra maestra culinaria en la comodidad de tu cocina.

La Mejor Receta de Salsa Holandesa

Ingredientes:

  • 3 yemas de huevo
  • 1 cucharada de agua fría
  • 1 cucharada de jugo de limón
  • 113 Gramos (1 barra) de mantequilla sin sal debe estar blanda
  • Sal y pimienta a gusto
  • Pizca de cayena (opcional)

Preparación

  1. Preparación inicial:
    • Separa las yemas de las claras de huevo y coloca las yemas en un tazón mediano. Las claras no se utilizarán en esta receta, pero puedes guardarlas para otro uso.
  2. Baño María:
    • Llena una cacerola pequeña con agua hasta la mitad y caliéntala a fuego medio.
    • Luego, coloca el tazón con las yemas sobre la cacerola para crear un baño María suave. Asegúrate de que el fondo del tazón no toque el agua.
  3. Batido inicial:
    • Agrega una cucharada de agua fría a las yemas y bate ligeramente con un batidor de mano.
  4. Cocción al vapor:
    • Continúa batiendo las yemas mientras se cocinan al vapor. Esto ayudará a que las yemas se calienten gradualmente y se mezclen de manera uniforme.
  5. Agrega el jugo de limón:
    • Añade una cucharada de jugo de limón a las yemas mientras sigues batiendo. El jugo de limón no solo agrega sabor, sino que también ayuda a estabilizar la salsa.
  6. Agrega la mantequilla:
    • Corta la mantequilla en trozos pequeños y agrégala gradualmente a las yemas mientras sigues batiendo constantemente. Es importante hacerlo lentamente para que la mantequilla se derrita y emulsione correctamente en la salsa.
  7. Continúa batiendo:
    • Sigue batiendo hasta que la mantequilla esté completamente incorporada y la salsa tenga una consistencia suave y cremosa.
  8. Sabor y sazón:
    • Agrega sal, pimienta y una pizca de cayena si deseas un toque de picante. Prueba la salsa y ajusta los condimentos según tus preferencias.
  9. Servir:
    • Una vez que la salsa holandesa esté lista, retira el tazón del baño María y sírvela inmediatamente. Esta salsa es ideal para acompañar huevos benedictinos, espárragos
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Resumen
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Salsa Holandesa Keto
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